Litoral es un desarrollo residencial ubicado en primera fila de la costa de Chicxulub, Yucatán, donde la experiencia de vivir se entrelaza con el entorno natural: la brisa marina, el sonido de las olas y los atardeceres vibrantes del litoral yucateco.

El proyecto se concibe como un espacio integral de múltiples experiencias, donde cada área ha sido diseñada para brindar bienestar, comodidad y contemplación. Desde cualquier punto del conjunto —interior o exterior— se privilegia la relación visual con el mar, apostando por una arquitectura que enmarca y potencia el paisaje.

El programa se organiza sobre un basamento de amenidades comunes, concebido como un gran espacio de convivencia y esparcimiento. En él se encuentran un salón de usos múltiples, lobby de acceso a doble altura, un gimnasio completamente equipado, espacios de coworking para reuniones o trabajo remoto, así como terrazas interiores y exteriores con piscinas de distintas profundidades, zonas de descanso, áreas de reunión y mobiliario integrado, todo con una clara orientación hacia el mar.

A partir del primer nivel se ubican las 24 unidades habitacionales, distribuidas en dos tipologías de departamentos y dos pent-houses, estos últimos con roof tops privados que permiten vivir el mar desde lo más alto. Todas las unidades cuentan con terrazas amplias, ideales para disfrutar de las vistas panorámicas y del clima costero, además de contar con elevador de acceso directo, facilitando el recorrido vertical de forma cómoda y segura.

Formalmente, la arquitectura de Litoral combina materiales naturales y durables —como el concreto aparente, la madera tratada y celosías de acero— con un lenguaje contemporáneo y sobrio, capaz de resistir las condiciones del entorno marino sin sacrificar estética. Las texturas, colores y proporciones dialogan con el paisaje costero, generando una atmósfera de descanso, sofisticación y arraigo.

Más allá del confort individual, Litoral es también una propuesta de comunidad. Sus espacios compartidos están pensados como escenarios de encuentro, que fomentan la interacción, la apropiación colectiva del espacio y la creación de vínculos entre sus residentes. Así, el complejo no solo ofrece un hogar frente al mar, sino un oasis cotidiano donde cada día se convierte en una experiencia para recordar.